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Alquileres. Cuál es la mayor dificultad para acceder a una vivienda

Por el mismo dinero que familias alquilan una pieza en un hotel o conventillo podrían acceder a un departamento en mejores condiciones

En la Argentina existen hoy muchos casos de familias que destinan todos los meses un monto de dinero a alquilar una pieza de un hotel o en una villa aun cuando ese dinero les alcanzaría para vivir en un departamento en mejores condiciones. Ocurre que los requisitos exigidos para alquilar en la formalidad, como las garantías o la demostración de ingresos, son hoy una de las barreras más rígidas para acceder a una vivienda.

Así se desprende de un informe realizado por la ONG Hábitat para la Humanidad a pedido de la Secretaría de Vivienda de la Nación que diagnostica la situación habitacional en cuatro centros urbanos del país: Rosario, Mendoza, Salta y Ciudad de Buenos Aires. "En los lugares de mayor concentración urbana y menor acceso al suelo disponible los valores de los inmuebles aumentan y los requisitos para alquilar se hacen cada vez más grandes", explicó a LA NACION Ariel Sosa, coordinador operativo del informe.

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Según detalló, una de las cosas que se exige a los potenciales inquilinos es una demostración de ingreso formal, "lo que excluye a un montón de población que está en la economía informal y a las personas que trabajan con parte del salario en negro y pueden demostrar solo una parte de sus ingresos". También se requiere una garantía propietaria, "que es algo culturalmente aceptado, pero muy poco estudiado". "Existen otras garantías más eficientes", aseguró.

Acceder a una vivienda de alquiler se transforma así en un trámite similar al de pedir un crédito en el banco, que va a arrojando a los sectores más vulnerables al alquiler informal de piezas en villas, hoteles o conventillos. "Hay familias que pagan con puntualidad durante muchos años montos carísimos por vivir en unas condiciones horribles", dijo Sosa, y explicó que los contextos de crisis económica como el actual tienden a aumentar la incidencia de la informalidad.

Por otro lado, el informe revela un marcado desajuste entre la demanda y la oferta. Mientras que existe una sobreoferta de viviendas en alquiler para sectores de ingresos medios/altos -e incluso hay una gran cantidad de viviendas vacías- es difícil que los sectores medios/bajos encuentren unidades de alquiler que se ajusten a sus posibilidades. Según Sosa, esto se explica porque "el sistema de producción de oferta de vivienda en la Argentina está roto".

Por el mismo dinero que familias alquilan una pieza en un hotel o conventillo podrían acceder a un departamento en mejores condiciones

"La cantidad de crisis que hemos tenido transformaron a las viviendas en reserva de valor. Eso hace que las inversiones inmobiliarias estén orientadas a los segmentos más altos, a viviendas en lugares de mayor jerarquía, y no a generar oferta a nivel general", precisó.

Según el documento, el porcentaje de ingresos que las familias destinan a un alquiler ronda en algunos casos el 40% 50%. "Es altísimo. A nivel global no debe superar el 25% o 30% y sobre esto hay que calcular expensas, cuya evolución en el tiempo es muy difícil de prever", apuntó Sosa. Por otro lado, la investigación revela que en Mendoza acceder hoy a una vivienda demanda aproximadamente 134 sueldos. Es decir, el equivalente a dedicar durante 10 años el 100% de los ingresos.

Ley de alquileres y "alquiler social"

Una de las medidas para intentar mejorar este escenario es la ley de alquileres, a la que la Cámara de Diputados dio media sanción hoy e incluye, entre otras cosas, una ampliación de las garantías y un régimen para ajustar contratos tomando como referencia tanto la inflación como los salarios.

"Lo más lógico es que el Estado se meta solo en los contratos que necesitan protección y libere el resto. Para esto traza el límite en los contratos de 650 UVAs o lo que cada jurisdicción determine, porque no es lo mismo el mercado de CABA, que el de las inmediaciones de Vaca Muerta o Resistencia", explicó a LA NACION Iván Kerr, secretario de Vivienda de la Nación.

Además, la Secretaría de Vivienda emitió recientemente una resolución en la que crea la figura del "alquiler social". Entre otras cosas, se diferencia de un alquiler regular en que el Estado puede ofrecer las garantías necesarias, puede proveer oferta de viviendas, tutelar y registrar los pagos para construir así un primer historial que les sirva luego a las familias como respaldo para acceder al alquiler de otra vivienda.

Según Kerr, si bien en la Argentina persiste la idea de que alquilar es una situación temporaria y un paso previo a acceder a la casa propia la tendencia mundial va hacia la concentración de la población en las ciudades, lo que ejerce presión sobre el valor de la tierra y hace que alquilar sea la manera más factible de vivir en el centro de la ciudad. Más aún en países como la Argentina, donde el 92% de los de la población vive en ciudades.